María empezó a golpear Puerto Rico la noche del 19 septiembre de 2017. Los desastres del huracán de categoría cinco y potentes vientos de 185 millas por hora se siguen sintiendo cuatro meses después. Para la primera semana de enero de 2018, el 43 por ciento de la población de la isla seguía sin energía eléctrica y cuatro por ciento no tenía servicio de agua. La falta de ayudas gubernamentales y una lenta asistencia de parte del gobierno estadounidense —nación a la cual Puerto Rico pertenece, pero no es parte— han empeorado la situación.
María empezó a golpear Puerto Rico la noche del 19 septiembre de 2017. Los desastres del huracán de categoría cinco y potentes vientos de 185 millas por hora se siguen sintiendo cuatro meses después. Para la primera semana de enero de 2018, el 43 por ciento de la población de la isla seguía sin energía eléctrica y cuatro por ciento no tenía servicio de agua. La falta de ayudas gubernamentales y una lenta asistencia de parte del gobierno estadounidense —nación a la cual Puerto Rico pertenece, pero no es parte— han empeorado la situación.
Miles de negocios —grandes, medianos y pequeños— cerraron; entre ellos, medios digitales independientes. La isla no cuenta con una cifra exacta de cuántos de estos medios existen ni tampoco un número claro de cuántos se afectaron por la catástrofe, pero la falta de servicio de conexión a Internet producto de la falta de energía y torres de comunicación destruidas, naturalmente, han afectado a estos proyectos.
Sin embargo, a pesar de la oscuridad que arropaba el país, algunos medios digitales fueron la luz informativa que el pueblo necesitaba en medio del desastre.
Perla Sofía Curbelo es periodista, educadora, empresaria, y fundadora de Agrochic, un medio digital enfocado en jardinería y agricultura urbana. Su estrategia para no dejar de publicar fue ser previsiva. “Previo al huracán programé un par de contenidos porque sabía que estaría sin luz varios días. Jamás me imaginé el impacto del huracán y estar tanto tiempo sin los servicios básicos. Esto cambió mis prioridades de enfoque”. Los días previos al huracán, Perla, utilizando las redes sociales de Agrochic —especialmente Facebook— compartió contenidos y mensajes útiles en preparación al fenómeno. “Compartí muchos contenidos de terceros que estaban recomendando recursos relevantes para la ciudadanía. Tan pronto pude tener conexión, actualicé mi blog con una nota sobre mi experiencia y tratar de compartir ánimo en medio de tanta frustración en el país”.
El huracán le dio a Perla la oportunidad de reflexionar sobre el propósito esencial de su medio, su voz, y la impulsó a planificar los próximos cinco años de trabajo.
Otro periodista emprendedor que supo enfrentar la tragedia fue Rafy Mediavilla, editor en jefe del medio digital de entretenimiento Los Criticólogos. Pensó que habría una inevitable pérdida de electricidad y comunicación, y delegó la responsabilidad de la publicación del contenido a miembros del medio residentes en Tampa, Florida, Estados Unidos. “Luego de las primeras dos semanas, y aunque no fue algo totalmente necesario, realicé una buena investigación para adquirir un “inverter” (un aparato electrónico que invierte corriente directa como la generada en automóviles, a corriente alterna, utilizada en estructuras residenciales), para continuar laborando desde mi casa”, dijo Mediavilla, quien también es crítico de cine. Cuando finalmente volvió el Internet, a mediados de octubre —un mes después— continuó transmitiendo los programas en vivo que eran parte de su publicación fija aunque él estaba conciente que su mercado más grande (Puerto Rico) “primero estaba a oscuras, y muchos sin manera de comunicarse para disfrutar del contenido.”
Los Criticólogos publica notas y entrevistas de cine, televisión, cultura popular y videojuegos a nivel local e internacional y fue de los pocos medios que se mantuvieron actualizando en días siguientes a María. “Dificultades fueron pocas, la realidad fue después de las dos semanas iniciales al evento atmosférico. La preocupación más grande era realizar nuestros programas en vivo, y obviamente la producción de nuestro contenido original, creo que esto fue lo que me motivó a adquirir el generador”, dice Mediavilla. Él no tenía expectativa sobre la retroalimentación de su audiencia porque sabía la situación que se vivía en el país, “mi meta simplemente era mantener el medio al día, y no perder contenido. Para mi sorpresa, nuestros números aunque sí se vieron afectados por el evento inicialmente, luego de las primeras dos o tres semanas, aumentaron exponencialmente ya que me percaté de que mi contenido daba un respiro en el flujo de las noticias del momento, aparte de que muchos de los otros medios considerados como competencia, cesaron labores temporalmente”.
En el oeste del país, gravemente impactada por el huracán, Daileen Joan Rodríguez, editora del medio noticioso La Isla Oeste, también tiene una historia de resiliencia. “Cuando colapsaron las comunicaciones en Puerto Rico tras el paso del huracán María, LaIslaOeste.com también colapsó. De inmediato perdimos la posibilidad de comunicarnos con nuestros reporteros colaboradores ni con las fuentes oficiales para indagar sobre los efectos del ciclón. Dentro de las circunstancias —por las condiciones de las carreteras y la escasez de gasolina— se nos hizo difícil llegar rápido a lugares donde queríamos estar presentes para documentar.”
Ante la falta de energía, Rodríguez se trasladó a la radioemisora regional WKJB, en Mayagüez, para difundir las informaciones que tenía a la mano. “La primera nota que pudimos publicar en nuestro medio, fue seis días después del huracán. Colgar notas se convirtió en un proceso lento. Había que buscar lugares donde obtener internet disponible y cargar los equipos electrónicos. El tráfico en la página bajó drásticamente y continuó así por meses. No fue hasta diciembre cuando vimos una recuperación favorable. Si antes nos era difícil lograr contratos con anunciantes, ahora más”.
Una vez se comenzó a normalizar la situación, dice Rodríguez, tuvo acceso a sus aliados de ViTec —una incubadora de negocios en el puedo de Mayagüez—, “donde mantenemos nuestra oficina virtual como parte de su programa para proyectos de innovación”. También recibieron ayuda del Centro de Periodismo Investigativo, quienes les enviaron un invertidor para poder cargar los equipos en el automóvil. “Uno de nuestros reporteros continuó enviando colaboraciones sin facturar, por lo que pudimos mantener el flujo de informaciones locales”.
El equipo de trabajo de La Isla Oeste aprovechó para renovar la imagen del medio. “Actualizamos nuestro plan de negocio y comenzamos a diseñar estrategias de mercadeo para activar personal de ventas”. A su vez, Rodríguez y su equipo se están preparando para cuando inevitablemente, pase de nuevo un fenómeno similar en su momento. “Aprendimos que tenemos que invertir en equipo satelital para evitar caernos nuevamente, de surgir otra emergencia similar. También urge levantar un fondo de emergencia para ayudar a los colaboradores en sus necesidades inmediatas en estos casos, y así garantizar que no se interrumpan sus servicios prestados.”
Estos medios lograron la continuidad que otros no. Varios medios digitales nativos han anunciado que cerrarán debido a pérdidas en los hogares de sus fundadores o a la falta de los servicios energéticos y de conexión. Definitivamente, 2018 será un año complicado para los medios puertorriqueños y las experiencias de auto-superación de Perla, Rafy y Daileen prenden una luz al final del tunel.