Ser sustentables, creativos, vivir al límite los fracasos y los éxitos constituyen el día a día de los medios independientes de América Latina. En el directorio de SembraMedia mapeamos más de 875 proyectos con estas características.
Para conocer cómo logran mantener sus medios, cuáles son los principales desafíos y las oportunidades de la región conversamos con siete emprendedores de distintos países: Argentina, Venezuela, México, Honduras, Paraguay, El Salvador y Ecuador.
Mercedes D’Alessandro, cofundadora de Ecofemini(s)ta; Luz Mely Reyes, cofundadora de Efecto Cocuyo; Antonio Martínez Velásquez, director ejecutivo de Horizontal; Jénnifer Ávila, cofundadora de Contracorriente; Alejandro Valdez, fundador de El Surtidor; Orus Villacorta, codirector de Revista Factum; e Isabela Ponce, cofundadora de GK, nos compartieron sus experiencias.
Estas fueron sus respuestas:
Mercedes D’Alessandro (MDA): Por el momento, EcoFemini(s)ta se financia con el dictado de cursos online que venimos desarrollando hace más de un año y que convocaron a cientos de personas a lo largo del país y América Latina. Además, hemos dado conferencias y seminarios e incluso hemos realizado algunas consultorías. Estas actividades nos permiten generar ingresos aunque todavía no los suficientes como para poder potenciar nuestro trabajo.
Luz Mely Reyes (LMR): En Efecto Cocuyo todavía estamos en una fase de incubación y vamos hacia una fase de aceleración. Nuestro modelo de negocio hoy sigue siendo a través financiamientos con incubadora, con grants internacionales y actividades que hemos realizado con organizaciones que nos pagan por el servicio. También mantenemos el gasto de las operaciones del medio bajo: somos una redacción pequeña.
Antonio Martínez Velásquez (AMV): Nuestro modelo fue pensado como un híbrido desde el inicio. Por un lado, un espacio físico con un programa educativo centrado en el periodismo, las letras y los asuntos públicos y, por el otro, un centro cultural que alberga distintas voces que se alinean a nuestra agenda. Lo anterior anima económicamente una publicación que se actualiza tres veces por semana y que combina investigación, periodismo y ensayo; además un programa editorial basado en proyectos especiales en alianza con ONG y fundaciones internacionales.
Jénnifer Ávila (JA): Tenemos un año de haber creado este espacio, legalizado apenas en octubre de 2017 como una Sociedad de Responsabilidad Limitada. Actualmente ofrecemos servicios de consultorías y fixer para periodistas y organizaciones de comunicación y DDHH, ese es una fuente de financiamiento, la otra es proyectos con organizaciones o fundaciones internacionales de apoyo al periodismo. El proyecto aún no es sostenible, tenemos un equipo de voluntarios pero son voluntarios en formación así que tampoco se produce con mucha celeridad ni rapidez.
Alejandro Valdez (AV): Haciendo periodismo que sea imprescindible para nuestro contextos. Esto, sustentando en la premisa de diversificación de fondos. Así tenemos diversas fuentes de ingresos: cooperación internacional, alianzas con organizaciones locales, acuerdos comerciales, consultoría, productos editoriales e ingresos directos del público. Estamos iniciando un proceso de 18 meses cuyo objetivo es lograr que la principal fuente de sostenibilidad sean ingresos provenientes de la audiencia. Se trata no sólo de apuesta económica, es sobre todo una apuesta en la forma de hacer periodismo ya que implica entendernos no como un clásico medio de comunicación sino como gestores de una comunidad informativa.
Orus Villacorta (OV): Desde la creación del proyecto diseñamos tres etapas que debíamos atravesar. La primera etapa consistía en crear la marca de la revista, que se nos identificara como un producto periodístico serio y confiable. Esta primera etapa sólo fue posible gracias a que orquestamos una red de colaboradores ad honorem, ya que sabíamos que, en un principio, no contaríamos con fondos suficientes para retribuir económicamente sus aporte. Se planeó como una etapa de un año de duración. La segunda, consistía en la postulación a grants de fundaciones que identificaran a la revista como un aporte a la democracia del triángulo norte centroamericano, principalmente de El Salvador. Fue un proceso que arrancó a partir de que cumplimos un año, cuando ya habíamos publicado investigaciones importantes. De momento es nuestro principal sustento. La tercera etapa consiste en el proceso de mercadeo de la revista. Esta etapa aún no comienza, pues decidimos construir primero dos cosas: un tráfico de visitas web que fuera atractivo a las marcas locales; y el prestigio periodístico del proyecto. Actualmente ya nos encontramos a punto de comenzar este proceso. Y es el principal objetivo de 2018.
Isabela Ponce (IP): Hoy, después de varios años de errores y aprendizajes, GK tiene un modelo de negocio cuya pieza principal es una agencia de contenidos digitales. La agencia es nuestra principal fuente de ingresos que la combinamos con pequeños grants. Ahora, con el nuevo rediseño, vamos a empezar a buscar publicidad.
MDA: Entre los desafíos más importantes está el de poder generar recursos para financiar investigaciones que tenemos en mente. El grupo de trabajo es amplio y con muchas inquietudes. Se nos ocurren ideas para intervenir constantemente pero muchas no las podemos llevar a la realidad por falta de recursos. Este año vamos a cerrarlo dándonos una forma más institucional que nos permita canalizar fondos, buscar sponsors y recibir donaciones de quienes quieran apoyar nuestro trabajo.
LMR: Varios de los desafíos que debemos sortear tienen que ver con lo económico. En Venezuela, en particular, entramos en un momento de hiperinflación con control de cambio. Eso produce bajas de la producción y reducción de las empresas que pueden hacer publicidad con nosotros. Además, tenemos el programa de la censura y autocensura. Son problemáticas que implican estar en un país con una crisis sistémica.
AMV: Nuestro esquema no contempla ningún tipo de publicidad. En ese sentido, es un experimento que busca ser un ejemplo replicable en la región pero que, por lo mismo, presenta el reto cotidiano de promover el área educativa, una fuerza de marketing para las actividades culturales y un área de para el desarrollo de proyectos editoriales. El reto más grande, pues, es aprender y desarrollar habilidades que van más allá del periodismo.
JA: El primer desafío es hacer periodismo de investigación y profundidad en un país violento, con altos índices de impunidad y con una inestabilidad política que convulsiona todo el territorio y cualquier tema que se reportee. Este riesgo crece cuando no hay suficientes recursos para hacer el reporteo y para pagar a personal profesional para que haga el trabajo con rigurosidad y responsabilidad y este es el segundo desafío más importante, la gestión de recursos que vengan de fuentes que no interfieran en la independencia del medio y que no generen conflictos de interés.
AV: Aprender cosas nuevas todo el tiempo. Tener la capacidad y el tiempo de reflexionar sobre lo que hacemos para mejorarlo y enfocarlo. Que el modelo de sostenibilidad potencie el periodismo y viceversa, y que de esa relación dialéctica se construya la capacidad del medio de convertirse en una opción de información para una audiencia que es ignorada en el contexto de un país con alta concentración mediática. Otro gran desafío es construir una comunidad fuerte, no sólo una audiencia, si no una comunidad informativa capaz de disputar la narrativa hegemónica en Paraguay. Y algo muy olvidado es al autocuidado. Si hacer periodismo ya tiene muchas implicancias en la salud, impulsar un medio independiente tiene sus costos y ser consciente de ello y tomar medidas al respecto es un desafío para nuestro equipo: salud física, emocional y económica es condición clave para hacer el mejor periodismo posible.
OV: Menciono algunos de los más apremiantes: La seguridad de nuestros periodistas. Debido al acoso, demandas y amenazas que hemos vivido en el último año, cuando nuestras investigaciones abordaron temas muy delicados (como abusos policiales, narcotráfico, corrupción, etc.). Lograr ser atractivos para marcas que no quieran que a sus productos se les identifique con un medio que aborda los temas delicados que expuse en el literal “a”. Luchamos por ser flexibles con nuestras publicaciones, por ser frescos, juveniles, no grises. Sortear las burocracias que aún nos impiden tener un orden administrativo. Crear productos periodísticos de innovación en nuestra región sin dañar nuestro presupuesto.
IP: Estos últimos años, la crisis económica generalizada en el Ecuador ha complicado el trabajo en la agencia. También tuvimos dificultades al momento de vender publicidad porque GK es un medio incómodo para los poderes tradicionales, entonces muchas marcas no quieren estar junto a contenidos que pueden resultar controversiales.