Las campañas electorales son momentos clave para los medios de comunicación. Para los independientes aún más porque es el momento en que les toca competir con los más grandes que tienen, naturalmente, mucho más recursos. La clave de estos pequeños o medianos nativos digitales es buscar y encontrar ese elemento diferenciador que les permita posicionarse y ser un referente sobre el tema.
Aquí les contamos de dos ejemplos.
Para las elecciones colombianas del Senado y la Cámara de Representantes de marzo de 2018, el medio La Silla Vacía elaboró una herramienta para conocer los perfiles completos de los candidatos.
Un patrocinio de 20 millones de pesos (cerca de 7500 dólares americanos) de Bancolombia los ayudó a financiar el proyecto. Juanita León, fundadora de la Silla Vacía, dice que aunque no fue una inversión grande, “se volvió un proyecto estratégico y orgánico para el medio”. Para recabar la información y crear la inmensa base de datos, los equipos de las “sillas regionales” —como se denominan las redacciones del medio que hay a lo largo del país— investigaron a todos los aspirantes a ser representantes a la Cámara. De los 3000 candidatos enlistaron a los que tenían alguna opción de ser elegidos y se repartieron la búsqueda. El resultado fue una herramienta interactiva que permite clasificarlos por departamento, género, partido, edad, sector en el que viven, nivel de estudios, líos o cuestionamientos, entre otros.
El equipo de La Silla Vacía se dedicó a la parte investigativa. Los fondos de Bancolombia se usaron para contratar a un diseñador y un programador externo.
Para las presidenciales, el equipo de La Silla Vacía también elaboró una herramienta para conocer las propuestas, los apoyos políticos, lo que han gastado, cómo los buscan en Google, y finalmente un test de carácter para conocer cuál es el candidato que más se ajusta al ciudadano.
Juanita dice que para este segundo proyecto consiguieron fondos pequeños adicionales de organizaciones no gubernamentales. La Silla Vacía no recibe patrocinio del Estado y en su página web transparenta cómo se financia.
La cobertura de La Silla Vacía en elecciones es única. La herramienta de los candidatos del Congreso fue tan popular que cuando dieron los resultados, el noticiero CM& les pidió usarla en su canal ya que La Silla Vacía era el único medio que tenía los perfiles de los candidatos ganadores tan claros.
Otra decisión del medio para ampliar su alcance fueron las alianzas. Una de las más populares fue con el canal Redmas con el que lanzaron El Detector, un programa para verificar el discurso de los candidatos.
Más allá de la búsqueda de recursos y temas con nuevas narrativas, Juanita cree que “lo que permite tener una buena cobertura es la independencia para poder decir lo que uno sabe de todos los candidatos. Eso hace que todo el mundo esté motivado para hacerlo. La independencia es lo que garantiza y facilita todo lo demás”.
Para las elecciones presidenciales de 2017, la revista ecuatoriana GK dedicó un minisitio especial para la cobertura. Desde que comenzó la campaña electoral —en noviembre de 2016— hasta los resultados de la segunda vuelta —en mayo de 2017— el equipo produjo reportajes, crónicas, análisis, verificación de datos, cartas abiertas a los candidatos y entrevistas en video con los candidatos.
Los entrevistadores fueron Sol Borja —editora de GK— y John Dunn —urbanista y columnista—; esta combinación permitió que la conversación tenga un enfoque periodístico (de fiscalización) y ciudadano. La producción de las entrevistas se lograron a través de alianzas: con universidades que prestaron el espacio, con una tienda de muebles que permitió crear el set y con una maquilladora. Los últimos dos se manejaron con canje: tuvieron sus logos en la cortina.
La parte más innovadora de la cobertura, sin embargo, incluyó nuevas narrativas. La principal fue Reto Carondelet, un juego político en el que el usuario jugaba a ser el próximo presidente del Ecuador y tenía que buscar las maneras de reducir el déficit del Estado. Reto Carondelet es el primer juego en Ecuador desarrollado por un medio.
Cada decisión que tomaba tenía una consecuencia económica pero también un efecto en la popularidad. Para financiar el proyecto, GK recibió un pequeño grant —de 5000 dólares americanos— de la ONG checa People in Need que le permitió desarrollar el minisitio, contratar editores de video y pagar parte del juego. José María León, editor general de GK, dice que el reto fue lograr que los 5000 dólares alcancen para todo. “Elegimos nuestras prioridades de gastos y determinamos qué cosas estaban ya cubiertas por el presupuesto ordinario del año”. Por ejemplo, sabían que el tema de producción editorial estaba cubierto con el equipo de planta de cuatro editores/reporteros dedicados a eso, que las verificaciones de datos estarían a cargo de pasantes y un editor, y que las entrevistas de video requerían de una contratación adicional de grabación y edición.
La realización del juego Reto Carondelet fue posible a una alianza con Pocket —una desarrolladora de tecnología— que le cobró a GK un 37% menos del precio real. El resto de contenidos que usó nuevas narrativas se hizo aprovechando aplicaciones gratuitas como Riddle, para hacer tests o encuestas, que fue utilizada para “Qué, muy machito” —una sección en la que se identifica el discurso machista de los políticos. Y aprovechando el equipo inhouse que, entre otros productos, diseñó infografías sobre historia política del Ecuador, y contenidos únicamente para redes sobre las posturas de los candidatos.
GK también hizo una alianza con Cálculo Electoral, un proyecto que busca sistematizar y contextualizar, a través de escenarios metodológicos y modelos probabilísticos, los resultados de encuestas difundidas durante procesos electorales. Con ellos produjo contenidos numéricos que buscaban informar de manera más clara y transparente a los ciudadanos.
“Nosotros por SEO, volumen de producción y presupuesto de pauta no podemos competir con las noticias. Entonces, decidimos que cubriríamos las elecciones en profundidad, con ensayos, perfiles y crónicas enfocadas en lo que no sale en la noticia, intentando responder de la forma más completa, en nuevas narrativas y con buen lenguaje, quién es este señor que quiere gobernar el país”, dice José María sobre la cobertura de GK.
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