Descubrí el content marketing en 2015. En esa época, GK, la revista digital que cofundé en Ecuador en 2011, atravesaba una crisis: no nos iba bien vendiendo publicidad porque nuestros contenidos eran incómodos y controversiales para los auspiciantes, y la inversión de MediaFactory, una incubadora para medios digitales independientes que habíamos ganado, estaba por acabarse.
Por esa época la directora de comunicación de una empresa de autos nos llamó y preguntó: ¿Hay alguna manera de que mi sitio tenga contenidos con la misma calidad de GK?
La pregunta parecía un reto. Pero luego de reunirnos con nuestra futura clienta, encontramos la respuesta a nuestros problemas: content marketing. Al comienzo era un poco incómodo incluso decir esas dos palabras. Para mí, como periodista que siempre se había dedicado al oficio, resultaba raro hacer contenidos para marcas. Pero luego dejamos el prejuicio y nos dimos cuenta que podíamos llevar nuestras habilidades de escritura y reportería desde el periodismo hacia content marketing. Lo más importante fue que esta creación de contenidos para terceros nos permitió seguir haciendo lo que más nos gusta: periodismo.
Por eso, cuando Janine Warner y Mijal Iabstrebner —fundadoras de SembraMedia— me contaron que iban a lanzar una escuela en línea supe que mi aporte debía ser una clase sobre este tema. Pensé que contar mi historia en una clase de cómo una agencia de contenidos digitales llegó a ser la principal fuente de ingresos de GK era una buena idea y podía animar a más periodistas emprendedores a intentarlo.
Mientras preparaba mi clase me di cuenta que lo que más me gustaba del concepto de SembraMedia es su espíritu cooperativista y la posibilidad de compartir importantes habilidades e insights sobre el periodismo emprendedor. Especialmente porque nunca antes había habido una escuela dedicada específicamente a este tema en español.
Sabía que una de las cosas más importantes que debía incluir en mi clase era la historia de GK. Recordé cómo José María León —el fundador de GK— y yo luchábamos por encontrar nuevas formas de ingresos para el medio, y cómo pasamos de escribir cuatro artículos de content marketing al mes a manejar una agencia de contenidos digitales con un equipo que incluye un gerente, un redactor creativo, un community manager, un ilustrador y un diseñador.
Para diseñar mi curso, el primer reto fue resumir toda la experiencia de la agencia de contenidos y transformarla en una clase. Sabía que era importante contar parte de la historia de cómo comenzó este viaje pero también quería incluir información sobre herramientas que usamos, cómo construimos el equipo y cómo logramos mantener GK mientras manejábamos la agencia.
Escribir el guión para la clase no fue un problema. Siempre he trabajado como reportera, periodista o editora en periódicos y revistas impresas o digitales. Entonces disfruté mucho esa parte del proceso. En la siguiente parte, sin embargo, apareció el verdadero reto: transformar esos guiones en clases de video. Nunca he sido una persona para video. De hecho, creo que soy pésima frente a las cámaras. Pero para crear la clase, utilicé mi cámara y no necesité que nadie más me vea durante la grabación.
Hice lo mejor que pude. Me grabé una y otra vez hasta que me sentí satisfecha con los resultados. Después, intenté corregir mis errores en el proceso de edición. Finalmente, hice una lista con links y actividades para que los estudiantes hagan después de cada video y así refuercen las sesiones, y para que tuvieran la oportunidad de poner en práctica la teoría que les había enseñado.
Este tipo de material complementario está disponible en todas las clases de SembraMedia. Estos ejercicios y recursos son clave porque ayudan a los estudiantes a aplicar lo que han aprendido en la clase, en sus propios medios.
Crear un curso para la nueva escuela en línea de SembraMedia fue una experiencia enriquecedora porque demandó que escriba, grabe, edite y busque herramientas simples pero extremadamente útiles como CuePrompter. Al final me di cuenta que el proceso de crear una clase fue, en sí misma, una experiencia de aprendizaje para mí.
Aunque creo que no soy una buena oradora, realmente disfruto compartir lo que he aprendido en mi propio negocio con otros periodistas emprendedores. Cuando doy charlas o talleres, siempre empiezo con una premisa en mi mente: seré lo más generosa que pueda. Y lo hago porque quiero que mis estudiantes aprendan algo nuevo y útil. En este sentido, la Escuela SembraMedia es un aliado útil y necesario de los periodistas que quieren seguir aprendiendo.
Al final, quedé feliz con el resultado de la clase porque sé cuán útil hubiera sido para mí una Escuela como la de SembraMedia cuando estaba en la universidad. Otros profesores de la Escuela comparten mi experiencia. Una de ellas es Fabiola Torres, cofundadora de Ojo Público —un medio de periodismo investigativo peruano—, becaria de ICFJ, y embajadora de SembraMedia en Perú. “Esta escuela es necesaria porque como periodistas no hemos tenido ese entrenamiento académico en administración y finanzas”, dice Fabiola vía Whatsapp. “Nadie te enseña cómo transformar tus ideas en proyectos viables. Creo que es genial tener esta escuela en línea donde los periodistas pueden aprender el tipo de habilidades que se necesitan para construir medios que sean negocios exitosos”.
Mi experiencia y la de Fabiola retrata lo que muchos periodistas se enfrentan en América Latina: universidades que, en sus carreras de periodismo, no incluyen clases que aborden, de manera práctica, habilidades para hacer negocios o administrar tu propio medio digital.
Aunque soy una entusiasta del content marketing, sé que una agencia de contenidos digitales no tiene por qué funcionar para todos los que funden un medio digital independiente. Por eso me parece muy útil la gama de clases que ofrece la Escuela; permite que los emprendedores sigan ejerciendo el periodismo pero a la vez empiecen a buscar formas para financiarse.
Como fundadora de un medio independiente, espero que otros periodistas emprendedores puedan usar la Escuela SembraMedia para expandir sus conocimientos sobre esta área que no solo implica buscar nuevas formas de financiamiento todo el tiempo sino ser innovador y creativo 24/7 con los proyectos editoriales.
*** Este artículo fue originalmente publicado en inglés en MediaShift.