Ciudad Juárez, en Chihuahua, México, es una zona compleja. La migración, la violencia relacionada al narcotráfico y los ataques contra las mujeres son parte de la vida cotidiana de esta región que colinda con la frontera de los Estados Unidos. Las cifras revelan lo peligroso de hacer periodismo en Chihuahua; desde el 2008, 16 periodistas fueron asesinados y otros cinco tuvieron que optar por el exilio. Además, la impunidad ronda en los crímenes cometidos contra los periodistas, con solo una sentencia dictada, en ese mismo año, por el asesinato de Armando Rodríguez Carreón. Un dictamen cuestionado por los vicios en la investigación, de acuerdo a los periodistas en la región.
A este clima hostil, se suma la estrategia de varias autoridades de no ofrecer sus comentarios en respuesta a las investigaciones publicadas por los medios, y censurar y bloquear el acceso a la información a los periodistas. Una situación que se extiende a lo largo de México y que coincide con la crisis generalizada de los medios de comunicación y los despidos masivos de periodistas en este país.
Frente a esto, y para romper el silencio sobre los acontecimientos en Ciudad Juárez, las periodistas Rocío Gallegos y Gabriela Minjáres decidieron lanzar La Verdad en 2018, un medio de investigación que cubre una variedad de temas, desde asuntos políticos del estado de Chihuahua hasta problemáticas sociales como la migración. “Nacimos en medio de una cultura muy complicada, un control informativo muy fuerte”, dice Rocío Gallegos, co-fundadora de La Verdad y una de las periodistas más reconocidas de la región. Las fundadoras de La Verdad aseguran que su trabajo es un “periodismo de resistencia”, ya que a pesar de este escenario de control informativo, bloqueos, riesgos, violencia y corrupción, y la cada vez más compleja precarización laboral, “el silencio no es una opción”, afirma Minjáres. “No consideramos claudicar, al contrario, cada vez más reafirmamos nuestro compromiso social y convicción por hacer el periodismo que queremos”, añade.
Gallegos y Minjáres son periodistas con una amplia experiencia en Ciudad Juárez. Después de trabajar la mayor parte de sus carreras para medios tradicionales, crear su propio proyecto fue algo completamente nuevo para ambas. Rocío Gallegos es periodista de frontera desde 1994. Ha hecho investigaciones sobre diversos asuntos como el narcotráfico, la corrupción, la economía y la política. Antes de fundar La Verdad, estuvo a cargo de la dirección editorial de El Diario de Juárez. Por su parte, Gabriela Minjáres tiene 22 años de experiencia cubriendo temas de frontera, como la corrupción de la administración pública, política y desarrollo urbano. Fue reportera, editora y coordinadora suplente en la jefatura de información de El Diario de Juárez. Ambas fundaron la Red de Periodistas de Juárez, una asociación civil que promueve la profesionalización de las periodistas de Juárez.
La motivación de La Verdad es combatir la censura y el control de información en Ciudad Juárez, haciendo periodismo independiente. Con esto en mente, decidieron fundar su medio, aunque en un inicio con una idea muy básica sobre su modelo de negocio. Ahora, con casi dos años como proyecto, Gallegos y Minjáres siguen avanzando en su camino con más aprendizajes y experiencias que están permitiéndoles gestionar un medio de forma más sostenible en un ambiente precarizado para el periodismo en Juárez.
La Verdad fue uno de los beneficiarios de la convocatoria de SembraMex, un programa diseñado por SembraMedia y el Centro Internacional de Periodistas (ICFJ, por sus siglas en inglés) para impulsar la sostenibilidad de medios nativos digitales en la frontera entre México y Estados Unidos. Para Gallegos y Minjáres, una de las claves de este programa de seis meses, acompañado de un grant, ha sido la definición de papeles específicos para cada una de las fundadoras. Cuando La Verdad salió al aire, ambas dedicaron su tiempo a hacer de todo, desde la elaboración de contenido hasta manejar los asuntos administrativos del medio.
“Una de las cosas que vimos al obtener la beca es que no podíamos seguir así,” dice Gallegos. “Teníamos que enfocarnos en actividades específicas”. Por eso, de una manera muy orgánica, ellas decidieron que Gallegos se encargue del trabajo editorial y Minjáres del área de administración y la sostenibilidad del medio. “A lo largo de este tiempo, nos hemos dado cuenta, era lo que necesitábamos realmente para poder encauzar y tener una mayor disciplina en lo que estamos impulsando en el proyecto”, dice Minjáres.
Minjáres reconoce que con su nuevo rol enfocado en la administración y sostenibilidad del medio, ha sacrificado un poco el ejercicio del periodismo, aunque continúa involucrada en las decisiones editoriales.
Además de la definición de roles, Minjáres dice que otro aprendizaje importante ha sido el manejo y la administración de la información. “Ahora ya aprendimos a tener una sistematización para poderla leer, que se pueda traducir en dónde están nuestras fortalezas, poder identificar dónde están nuestros nichos, nuestra audiencia”, dice Minjáres.
Asimismo otra lección aprendida de la sistematización de información es el análisis de las métricas de su sitio. “Esa parte ha sido muy enriquecedora”, dice Minjáres. “Conocíamos todo lo que está relacionado con sistematizar, como por ejemplo Google Analytics, lo teníamos pero no sabíamos leerlo, no sabíamos utilizar las métricas. De hecho para nosotras fue incluso un lenguaje nuevo. Las métricas, los números en sí, nos dicen algo”, reflexiona Minjáres. “Podemos ver el proyecto en números, pero entenderlos es otra cosa”, añade.
También, en los últimos seis meses, Gallegos y Minjáres lanzaron su propia agencia de contenidos, una estrategia clave para diversificar sus fondos. Trabajaron en la revisión del flujo de trabajo y la presentación de esta nueva área de trabajo. Tienen contratos para hacer reportajes específicos para varias organizaciones, y están buscando generar más contratos en el largo plazo. Además, el equipo de La Verdad está en proceso de dar forma a un proyecto de contenido patrocinado en su sección de opinión. En 2019 publicaron 39 artículos de cuatro periodistas que colaboran en las columnas, como esta sobre la narcopolítica que Minjáres dice que ha sido el artículo opinión con el mayor impacto para La Verdad.
Otro aprendizaje importante fue aprender a negociar con sus clientes. “Como periodistas es realmente una rama en la que definitivamente nosotras no entramos muchas veces”, dice Minjáres. Ahora entienden mejor cómo valorar y cobrar por su trabajo de investigación en las negociaciones de los contratos con sus clientes.
En el 2019, el equipo de La Verdad creció en el área editorial también. Ahora son cinco, han contratado tres periodistas más. Gallegos y Minjáres alientan a otros miembros de su equipo a buscar becas y oportunidades para el medio. Eso permite una diversificación de fondos más grande para los periodistas que laboran en La Verdad, además de un abanico de nuevas fuentes de financiamiento para la organización. Adicionalmente, como muchas otras personas en la actualidad, Gallegos y Minjáres tienen ingresos adicionales por otros trabajos. Gallegos trabaja como profesora para la Universidad de Guadalajara y Minjáres como editora de libros. Esto se suma a una fuente importante de generación de recursos para los periodistas de La Verdad: trabajar como fixers para otros colegas interesados en cubrir temas en Ciudad Juárez.
Pero una clave de su éxito como medio en 2019 ha sido reconocer el valor de las alianzas. Por ejemplo, su trabajo se articula al de la Red de Periodistas de a Pie, y junto a los otros medios que colaboran en esta organización, postularon y ganaron una beca del Proyecto Global de Innovación del Google GNI Innovation Challenge. Así los medios seleccionados de la alianza, incluyendo La Verdad, recibirán fondos para desarrollar una plataforma común para obtener subscriptores.
El trabajo del equipo de La Verdad como fixers y sus otros proyectos contribuyen a elevar su nivel de visibilidad. Hoy son un referente para otros medios grandes de México, como Aristegui Noticias, Proceso, Sin Embargo, y sus periodistas han sido consultadas por la edición –hoy cerrada– del New York Times en Español, sobre los distintos acontecimientos en Ciudad Juárez. Por ejemplo, en noviembre de 2019, Carmen Aristegui conversó con Rocio Gallegos para entender la situación local después de un ataque del cártel en Juárez, elevando el perfil del medio a nivel nacional.
Además su proyección como una organización respetada, y que cuenta fuentes locales muy valiosas contribuye a que La Verdad consiga alianzas de investigación. Están en proceso de realizar un proyecto junto al equipo de la organización de la sociedad civil Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad. Minjáres dice que en este proceso es importante negociar también, “no solo ganar ingresos, si no ganar información”. Con esto se refiere a que el equipo de La Verdad gana información con los proyectos producidos por ambos equipos, lanzados al mismo tiempo, en los que firman ambas organizaciones pero se benefician de la visibilidad de sus distintas audiencias.
Gallegos y Minjáres dicen que las becas que han ganado para La Verdad han llevado muchos contactos y aliados nuevos, algo muy útil para periodistas de un medio local, independiente y digital en una zona tan compleja y acostumbrada a la censura, como Ciudad Juárez. Pero, ¿cuáles son algunas características importantes de una postulación atractiva?
“El mayor reto es la planeación, cómo lo voy hacer, cómo voy a ejecutar este proyecto”, dice Minjáres. Gallegos dice que cuando decides aplicar para una beca, es importante pensar en lo mínimo que se requiere para hacer viable un trabajo de investigación, al igual que el máximo potencial que ese producto editorial puede alcanzar. Con todas estas opciones, Gallegos también explica que es importante visualizar y proponer todos los gastos relacionados, incluso cosas como el costo de un taxi y las plataformas que buscarías. Además de los costos del proyecto, recomiendan pensar en un proyecto definido con un equipo con las mejores cualidades y que complemente habilidades diferentes entre sus integrantes.
“Tienes que buscar becas que tengan puntos de coincidencia con tu proyecto. No puedes comprometer tu proyecto solamente por unas monedas”, dice Gallegos. Minjáres agrega que es importante pensar en la misión de tu medio cuando estás pensando en las becas que encajan bien. Ambas dicen que es importante pensar en el costo de tiempo que una beca requiere también, y si tu medio tiene los recursos necesarios, cumplir con los requisitos. Algunas veces, es importante darse cuenta de cuando necesitas decir no; no postular porque no es la beca adecuada para tu medio.
Gallegos sugiere que también vale la pena pensar en las cosas que tu medio requiere y las cosas que no. Aunque La Verdad no necesita fondos para crear un micrositio, sí es útil para su organización tener el blindaje legal para enfrentar una potencial violencia judicial.
Finalmente, después de ganar algunos fondos, han aprendido, con la consultoría de SembraMex, la importancia de la sistematización y documentación de los impactos de sus investigaciones. Documentar los impactos contribuye a demostrar a los financistas y evaluadores en la entrega de fondos, los cambios y las diferencias que surgen gracias a las investigaciones realizadas con grants, como la reproducción de una historia o los cambios legales que ocurren gracias a la publicación de un trabajo de investigación. Para Gallegos y Minjáres, la búsqueda constante de estas becas y la diversificación de fondos sirven para promover el periodismo independiente e hiperlocal en la frontera. Lo que quieren sobre todo es que, al final, la información trascienda y pueda tener un impacto en la agenda pública.