El Faro es, por muchas razones, la mayor “anomalía” en el sistema de los medios nativos digitales en América Latina. Fue fundado en 1998 por el periodista Carlos Dada y el empresario Jorge Simán en El Salvador, un país cuya brecha digital, incluso hoy, es de las más grandes en América Latina (en 2015, apenas 23% de la población contaba con una conexión a Internet). Pese a estas dificultades tecnológicas El Faro ha logrado realizar reportajes y periodismo de investigación con un alto nivel de calidad y profundidad que son ejemplificadores hoy en día.
En 2010, la plataforma digital argentina El Puercoespín publicó una nota en la cual Carlos Dada cuenta la historia de El Faro. El título es explícito: El Faro: el periódico digital que se hizo sin dinero, sin Internet y sin país. Allí, Dada cuenta que “En un principio, más del noventa por ciento de los lectores de El Faro eran salvadoreños que vivían en el exterior [muchos de los cuales habían emigrado para huir de la Guerra Civil que asoló al país entre 1980 y 1992]. El Salvador es un país de inmigrantes, básicamente. Eran salvadoreños en Los Ángeles, en Washington, en Suecia (..) los que tenían acceso a Internet en ese entonces.”
Durante los primeros cinco años de existencia de El Faro ninguna persona ganó un centavo, porque no había ingresos. Se reporteaba y se investigaba en los tiempos libres, antes o después del trabajo, y se hacía por amor al arte. Aún en estas condiciones, toda una generación de periodistas y reporteros salvadoreños se formó en El Faro, que se catapultó rápidamente como una plataforma independiente y con un estilo fresco y directo, en comparación con los diarios tradicionales del país: La Prensa Gráfica y El Diario de Hoy.
Iniciados como una decena de periodistas que se juntaban a idear reportajes en una pequeña oficina, El Faro hoy funciona con una redacción de más de 25 personas, entre editores, jefes de información, reporteros y fotógrafos, más 5 personas de equipo administrativo, de logística y de ventas. Y sí: con sueldos.
Ganadores del Reconocimiento a la Excelencia del Premio Gabo 2016
El periódico digital El Faro es el ganador del Reconocimiento a la Excelencia de la cuarta edición del Premio Gabriel García Márquez de Periodismo.
Este premio reconoce a un equipo periodístico, que, enclavado en uno de los países más violentos de Iberoamérica y en un entorno político y económico hostil para el desarrollo del periodismo independiente, fue pionero del periodismo digital.
Además, El Faro ha logrado desarrollar un estilo que ha abierto vías innovadoras para el ejercicio del buen periodismo y la cobertura de la violencia más allá de Centroamérica.
Desde sus inicios y hasta la actualidad, los contenidos de El Faro son de largo aliento: crónica, reportaje, cine-documental, entrevistas. La nota informativa diaria se utiliza sólo para dar seguimiento a temas cubiertos en investigaciones y publicaciones anteriores. “Nosotros no cubrimos hechos. Cubrimos procesos”, dice José Luis Sanz, actual director del medio.
Los temas del El Faro son amplios pero tienen que ver fundamentalmente con política local, corrupción, seguridad pública, crimen organizado, migración, derechos humanos, memoria histórica y desarrollo cultural.
Se consideran un medio de nicho; su audiencia está compuesta principalmente por universitarios, empresarios, tomadores de decisiones, y una clase media que busca mantenerse informada.
Desde 2003, El Faro recibe apoyo de diferentes cooperantes internacionales que han permitido el crecimiento de la organización y el desarrollo de iniciativas periodísticas de alto impacto.
Sala Negra, la sección estrella de El Faro, es un proyecto coordinado por el periodista Óscar Martínez que cuenta la violencia centroamericana a partir de reportajes de largo aliento, documentales y contenidos de gran calado. Esta es una de las iniciativas más conocidas dentro del medio, cuyo apoyo principal proviene de la Open Society Foundations (OSF).
Resumen del ForoCAP 2016
Durante una semana, El Salvador se convierte cada año en la capital del periodismo centroamericano. Del 9 al 15 de mayo de 2016 los mejores periodistas e investigadores se dieron cita para abordar los temas más urgentes de la región y los dilemas más profundos del oficio del periodismo. Acá compartimos un resumen de cinco intensos días de conversatorios, talleres y actividades culturales.
Visita www.forocap.elfaro.net
En una entrevista con la Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI), el propio Martínez contó: “A fines de 2010 El Faro decidió que había demasiadas preguntas sin responder acerca de por qué Centroamérica era -y es- una de las regiones más violentas del mundo: ‘¿Por qué nos matamos tanto?’” Para intentar responder ésta y otras preguntas nació Sala Negra. Arrancó como un proyecto de cobertura de la violencia en cuatro países: Nicaragua, Honduras, El Salvador y Guatemala. Con tres líneas de trabajo: cultura de la violencia, crimen organizado y pandillas y cárceles; y cinco periodistas, dos fotógrafos y una documentalista. “Desde entonces, Sala Negra se ha dedicado a escudriñar ese caldo turbio de la violencia en la región, a escuchar otras voces, a pararse en otros lugares”, agregó Martínez.
En 2013, este proyecto fue finalista en la categoría de Innovación del Premio Gabriel García Márquez de Periodismo.
En 2015, El Faro lanzó un especial dentro de Sala Negro llamado “Háblanos de extorsiones”, que conjugó investigaciones periodísticas y tecnología para mapear, geolocalizar y denunciar los principales tipos de extorsión que viven habitantes y comerciantes del centro de San Salvador.
“El Faro no es un medio rentable”, se le ha escuchado decir a Carlos Dada en numerosas ocasiones. Por ello, en 2013 se consolidó una estrategia de sostenibilidad que busca garantizar la independencia y el trabajo periodístico de El Faro, a partir de tres fuentes de ingresos:
1) Organismos de cooperación internacional y fundaciones. Ésta sigue siendo la principal fuente de financiamiento de El Faro. De 2003 a la fecha se han trabajado proyectos periodísticos puntuales con apoyo de Open Society Foundations, ICCO Cooperation, Fundación Heinrich Böll, Fundación Friedrich Ebert, HIVOS, Programa para el Desarrollo de las Naciones Unidas, Cordaid, entre otros.
2) Publicidad y patrocinios en las plataformas elfaro.net y El Faro Radio. También incluye los patrocinios generados para actividades como el Foro Centroamericano de Periodismo (ForoCAP). El Faro destaca que la publicidad nunca ha sido impedimento para dar cobertura a un acontecimiento que su sala de redacción considere editorialmente relevante.
3) Tienda El Faro. En los últimos años El Faro ha producido documentales, libros y materiales que han sido distribuidos en diferentes partes del mundo a través de casas editoriales o en La Tienda de El Faro. Este es el caso del libro Crónicas Negras, una recopilación de las mejores crónicas de la sección Sala Negra de El Faro, y En el camino, un reportaje fotográfico de los miles de migrantes centroamericanos que año con año intentan llegar a Estados Unidos a través de México.
Diggers against injustice
Video de la campaña hecha por El Faro, Excavación Ciudadana. Este fue un proyecto que les permitió crear una manera de ayudar a los salvadoreños a luchar contra la injusticia, a perder el miedo de ser asesinados por hacerlo en la capital del asesinato. Ciudadanos comunes pudieron donar desde $1 para que los periodistas del El Faro puedan profundizar sus investigaciones en casos de corrupción. El dinero recolectado dio lugar a muchas investigaciones y provocó la reacción de las autoridades locales.
Además de los tres pilares anteriores, en 2015 El Faro incursionó en las estrategias de crowdfunding o financiamiento colectivo con su campaña Excavación Ciudadana, la primera de su tipo de un medio digital en Centroamérica. Apenas en junio de 2016, la campaña Excavación Ciudadana ganó un León de Cannes, como una de las mejores campañas creativas y de publicidad del mundo. José Luis Sanz, actual director de El Faro, habló con SembraMedia sobre este proyecto:
¿Qué motivó Excavación Ciudadana (EC)?
EC es la concreción de una idea que teníamos en El Faro desde hace tiempo: la noción de incorporar a los lectores más activamente a partir de crowdfunding y micro financiamiento. Sin embargo, esa idea sólo pudo desarrollarse de manera correcta en la etapa actual. Todos sabemos que comercialmente El Faro no es viable en El Salvador, pero sí teníamos presente el empuje y el protagonismo de los lectores en El Faro. Eso sí: no sabíamos cómo capitalizarlo en una sociedad con poco acceso a internet y un poder adquisitivo muy bajo.
En 2014 tuvimos un antecedente, un experimento muy pequeño. Retomamos la idea de Los Super Amigos de La Silla Vacía (Colombia), y nos pusimos una meta relativamente baja: conseguir 3 mil USD para cubrir unas pasantías en un año electoral. La campaña fue un pequeño desastre. Tuvo múltiples errores de ejecución. Salimos a destiempo, la plataforma de pagos era ineficiente. Pero en ese sentido fue un gran aprendizaje. Y más aún: cumplimos la meta. Eso nos permitió entender que los lectores sí están dispuestos a apoyar y donar. Desde inicios de 2015, sabíamos que íbamos a desarrollar una campaña mayor de recopilación de fondos, con una estrategia muy enfocada en el concepto de comunidad en internet, que por cierto ha cambiado mucho en los últimos 5 o 6 años.
¿Por qué crees que ha cambiado?
Las redes sociales han transformado profundamente la noción que tenemos de internet. Las redes sociales son mucho más que las interacciones que suceden ahí. Determinan lo que consumimos y, sobre todo, determinan la noción de cercanía que tienes con el contenido. Twitter lanza un desafío a los medios: a veces da la falsa ilusión de que estamos informados, sólo por leer el timeline. Facebook igualmente. Lees lo que otro comparte. La jerarquía de la información ha cambiado. Los rostros y las portadas de los medios cada vez son más difusas. La conversación alrededor de un texto o tema se da cada vez más en las redes sociales, ya no tanto en el medio. Eso es grave cuando tu modelo de negocio opera exclusivamente a partir de visitas en el sitio.
Por eso, uno de nuestros objetivos clave para 2016 es que la comunidad de usuarios tenga un uso mayor del medio, con interacción mayor y más real. Aspiramos a generar una nueva conciencia de comunidad. En las redes sociales nos comunicamos con la sociedad en general. Pero el medio tiene que ser el espacio para construir y fomentar la relación real con tus lectores asiduos.
Volvamos a la campaña, ¿cómo la construyeron?
En El Faro hemos estado muy centrados en la calidad de nuestras investigaciones, siempre. Y hemos sido conscientes que muchos lectores nuestros están más allá de El Salvador. Entonces, era obvio que teníamos que construir una campaña que fuera más allá de nuestro país y que podíamos -y debíamos- atacar varios nichos.
La campaña se concibió para dos grandes grupos:
1) para los lectores de El Salvador, en un momento de mucha polarización política. Recordemos que en 2015 El Faro recibió varias amenazas, ataques para minar su credibilidad y su trabajo. En este sentido, la campaña era una forma de reforzar lazos con nuestros lectores. Se pudieron hacer donaciones desde 1 dólar. Eso activó mucho la campaña. Dio la noción de un medio abierto a todos. Todos pueden donar.
2) Los lectores de fuera de El Salvador, fundamentalmente los salvadoreños en EEUU. Sabíamos que estos excavadores iban a ser menos, pero buscamos que su aporte fuera mayor.
¿Qué resultados concretos dejó Excavación Ciudadana?
Muchísimos. Desde notar la solidaridad de la gente hasta ver que había empresas y pequeñas startups que se sumaban. Por ejemplo, una de las principales agencias creativas de El Salvador trabajó gratis en este campaña para El Faro. Hubo múltiples empresas y productoras que se sumaron solidariamente a la campaña con ideas, carteles, videos. Artistas donaron su trabajo. Comediantes. Actores. La campaña duró 1 mes.
Nuestra meta simbólica de excavadores era llegar a 500 donantes. Al final fueron 570. La meta en dinero era de 20 mil USD. Al final fueron 27 mil.
¿Qué aprendizajes tuvieron?
Todos. Estamos muy contentos. Se reafirmó la hipótesis que tenía sentido hacerlo. Porque se consiguió la meta emocional de reforzar los vínculos con los lectores, de hacerlos partícipes del medio. Sabían que el dinero es para ir a mayor profundidad en lo que ya hacemos. Para la sostenibilidad del medio. La campaña también nos obligó a construir un modelo, un mensaje propio. Nos dieron mil recetas de cómo hacer la campaña de crowdfunding pero al final apostamos por otro criterio de conexión: “Te prometemos más transparencia y estar mejor informado de lo que está pasando en el medio”. En uno de los Newsletter contamos dónde estaba Carlos Dada (actualmente en Nueva York, becado para realizar una investigación sobre Monseñor Romero); que Oscar Martínez está por sacar un nuevo libro. Ese es el tipo de compromiso que estamos asumiendo. Pero lo más importante: lo que les prometimos, es hacer periodismo.
The Citizen Comic Book
Este video fue creado por Publicidad Comercial Lowe para atraer la atención de la audiencia de El Faro.
Premios:
El Faro ha logrado dos cosas verdaderamente complejas durante casi 18 años: hacer buen periodismo y sobrevivir económicamente. En el medio, ha puesto a toda una región a conversar, compartir y analizar temas espinosos como la violencia de las pandillas y la violencia oficial. Como parte de este arduo trabajo, han recibido amenazas y señalamientos desde ambas fronteras del Estado: las maras y los grupos delincuenciales por un lado; y las autoridades policiales, por el otro. Pero ellos no se arredran.
Tampoco dejan de experimentar. A pesar de que José Luis Sanz define a El Faro como un medio “agnóstico del formato”, publican lo mismo en web que hacen documentales que exhiben en todo tipo de salas de cine, participan en un programa de radio e imprimen libros, están dispuestos a experimentar más con la tecnología, incursionar con más fuerza en el periodismo de datos y dar el peso que merecen los mapas y la geolocalización en las historias periodísticas.
El futuro no será sencillo, pero desde el país más pequeño de América Latina, El Faro sigue marcando un camino de independencia, profesionalismo, rigor y creatividad de mucha utilidad e inspiración para los medios nativos digitales.