El periodismo de datos es uno de los géneros que cobró vigor en la era digital. Una serie de herramientas, aplicaciones y plataformas permiten hoy que los reporteros enriquezcan sus historias a través del diseño y la visualización de información. A su vez, estos recursos narrativos renovaron el periodismo de investigación y las maneras en las que las audiencias entendían las noticias. Los equipos y las salas de redacción son más interdisciplinarias en la actualidad.
Datasketch y Cuestión Pública son dos emprendimientos digitales en Colombia que empoderan a la ciudadanía a partir del uso de los datos, lo cual permite la toma de decisiones informadas y la vigilancia de los temas de interés público en el país. El primero, está centrado en una serie de aplicaciones para la visualización de información y es, simultáneamente, una plataforma de periodismo de datos; el segundo, desarrolla nuevas narrativas y metodologías en el periodismo de investigación. Sus modelos de negocio se basan en estrategias que promueven la enseñanza de sus métodos y herramientas mientras desarrollan productos con alto impacto a nivel social.
Datasketch es un emprendimiento que ha adoptado varias formas desde su creación en 2015. Nació como una plataforma de periodismo de datos e investigación, en la cual publican artículos periodísticos y, al mismo tiempo, capacitan a sus usuarios en buenas prácticas y recursos digitales para el diseño de información.
Aunque esta línea de trabajo se mantiene desde entonces –ahora como Datasketch News–, desde el año 2020 su equipo está dedicado a posicionar Datasketch Apps. Se trata de una herramienta en línea en la cual los usuarios pueden recurrir a plantillas y diagramas para la visualización de información. Este producto, lanzado en septiembre de este mismo año, fue el resultado de su campaña de crowdfunding, “SaveTheData”, la cual recaudó $63 801 dólares a través de la plataforma Kickstarter. Estos ejes de trabajo se complementan con Datasketch Store, una tienda virtual –y física con previsión en el mediano plazo–, con productos de “diseño con impacto social que buscan democratizar el acceso al conocimiento”.
Juan Pablo Marín Díaz, su fundador, es ingeniero electrónico por la Universidad Javeriana de Colombia y tiene una maestría en Tecnologías de la Información de la ETH Zürich. Pese a que su formación parece lejana al periodismo y a los temas sociales, Díaz ha emprendido diferentes proyectos a lo largo de su carrera para responder cómo la ciencia y tecnología pueden solucionar problemas locales. Una de sus motivaciones es encontrar otras aplicaciones a las tecnologías de información y las enormes bases de datos que hoy reposan en varios sistemas fuera del sector corporativo e industrial.
Al terminar sus estudios de posgrado, Díaz viajó durante tres meses por Sudamérica para entrevistar a cerca de 60 representantes de agencias de fomento, Ministerios de Educación, grupos de investigación en Brasil, Uruguay, Argentina, Chile, Perú y otros países de la región. Su objetivo principal era comprender cómo se podían aplicar los recursos para la ciencia y tecnología para solucionar los problemas locales en América Latina.
Uno de sus primeros clientes fue La Silla Vacía. Este medio nativo digital de referencia en su país lo contrató para una consultoría sobre visualización de datos en el especial “Quién es quién”, una investigación sobre las conexiones del poder político en Colombia. Este fue el punto de partida para explorar más aplicaciones de la ciencia de datos al periodismo. “Al trabajar de cerca con periodistas, descubrí el impacto que podrían tener si utilizaran herramientas tecnológicas como las que yo conocía que utilizaban en otras industrias”, dice Díaz.
“Haciendo una analogía con mi background académico, el periodismo para mí es (…) un sensor que permite medir el estado de la sociedad y (…) retroalimenta al sistema judicial o las políticas públicas para mejorarlas”, dice Juan Pablo Marín Díaz.
Al colaborar con este sector pretende escalar el periodismo a través de la tecnología y aumentar el número de profesionales que pueden hacer uso de herramientas para contar historias con datos, por medio de la visualización.
Datasketch es su tercer emprendimiento, luego de ver fracasar dos de sus proyectos, y es el resultado de años de hacer prototipos de un modelo de negocios basado en la visualización de información. Díaz piensa que es un producto en construcción permanente, pero su intención es clara: promover la transparencia, acercando los datos a la opinión pública en Colombia, y pretende escalar su plataforma a nivel regional. Por ahora, está a cargo de la búsqueda de grants y financiamiento.
Hasta 2020, la fuente de ingresos principal proviene de las consultorías asociadas a la ciencia de datos –como la implementación de dashboards, gestión de información y acceso a información pública–, seguido de las suscripciones mensuales a Datasketch Apps. En el corto plazo, esta financiación apunta a convertirse en la fuente principal de su modelo de negocios. A esto se suma la capacitación, mediante cursos y talleres para la comunidad en temas de herramientas de visualización y periodismo de datos.
Esta plataforma de información, desarrollo, investigación y enseñanza está compuesta por un equipo interdisciplinario. Siete mujeres y dos hombres combinan su conocimiento y habilidades desde las áreas del diseño, el periodismo, la antropología, las ciencias políticas, las tecnologías de información, etc. Aunque todos participan en la realización de las entrevistas, depuración de los datos y producción de las investigaciones publicadas en Datasketch News, una parte del equipo está dedicada al área de gobierno abierto y la generación de alianzas.
Juliana Galvis, por ejemplo, tiene formación en ciencias políticas y humanidades digitales, por lo cual trabaja en temas de contratación pública. Otra de las integrantes del equipo, Verónica Toro, es antropóloga y está a cargo de la cultura de datos de la organización. Maneja la relación con los aliados y la organización de eventos para una mayor incidencia de sus proyectos a nivel social. Este trabajo se alinea con el equipo técnico y de diseño, quienes desarrollan las herramientas de visualización de información.
Hay un descontento de las audiencias en Colombia sobre las formas en las que se informan, considera Díaz. Por eso han proliferado los medios nativos digitales independientes y otros emprendimientos como el suyo en este país. “En nuestro caso, podemos utilizar las tecnologías para apoyar a otros medios”, dice, y repasa las colaboraciones con periodistas de Cuestión Pública y otras organizaciones con quienes ha trabajado durante estos años.
Datasketch ha generado productos para diversos clientes tanto en el sector público como privado, organizaciones de la sociedad civil, universidades o instituciones estatales. Sus propias investigaciones y otros trabajos impulsan el acceso a la información pública, el gobierno abierto y el empoderamiento de la ciudadanía. De ellas, Díaz destaca el proyecto Infraestructuravisible.org, una plataforma diseñada junto a la Universidad de los Andes para el libre acceso a la información de la infraestructura colombiana; El monitor ciudadano de la corrupción, junto a Transparencia Internacional para el seguimiento de esta problemática en su país, o el Mundial de la Igualdad en alianza con Economía Feminista de Argentina. A estos se suman otros trabajos para el Centro Nacional de Memoria Histórica de Colombia , con una sistematización sobre el conflicto armado, o artículos de investigación sobre los indicadores de feminicidios en el país.
El equipo de Datasketch entiende que la capacitación es una forma de democratizar el acceso a la información y fomentar la participación de la ciudadanía. De esta manera, sus productos incluyen asesorías en la implementación y el manejo de las plataformas de información que desarrollan. Las estrategias de formación se extienden a artículos en su blog, una sección dedicada al aprendizaje en su sitio web y talleres y encuentros sobre periodismo de datos autogestionados o con apoyo de otras organizaciones. Entre ellas, capacitaciones como Introducción a R, Datos y Guaros, Programación para no programadores, Escrapeo de datos y más.
Cuestión Pública nace en enero de 2018 en respuesta al vacío del periodismo de investigación en Colombia, pero además como un emprendimiento digital con la intención de monetizar este género. Sus fundadores, Diana Salinas, David Tarazona y Claudia Báez, tienen una amplia experiencia integrando equipos de investigación y han publicado sus trabajos en medios colombianos e internacionales.
También han vivido las limitaciones de hacer periodismo independiente para grandes medios de comunicación. Salinas renunció a una de las cadenas de televisión más importantes de Colombia después de un caso de censura, al revelar un caso de corrupción de un senador de la nación. Cerca de ese momento, Salinas conoció a Báez en un taller que brinda sobre periodismo de datos y conectaron de inmediato sobre la necesidad de refrescar el periodismo de investigación en su país. Tarazona, politólogo convertido al periodismo, se les juntó para fundar Cuestión Pública, al terminar sus estudios de posgrado con el afán de luchar contra la corrupción. Por eso, desde su incepción, el medio “nació con la firme convicción de revelar lo que los poderosos quieren ocultar”, dice Báez.
Antes de lanzar su medio, Claudia, David y Diana decidieron aprender y diseñar su proyecto con una planificación previa. Durante siete meses, asistieron a una escuela de negocios en Bogotá, en donde idearon y prototiparon su “startup digital”. En consecuencia comprendieron que el principal problema por resolver era hacer rentable el periodismo de investigación, más aún en un contexto adverso en el que varias unidades de medios tradicionales han sido desmanteladas por una reducción de costos y personal.
El modelo de negocios de Cuestión Pública es un híbrido entre el financiamiento de organizaciones y las membresías. En el primer componente se incluyen los fondos obtenidos por medio de la cooperación internacional y otras instituciones, el cual significa el 90% de las fuentes de financiación; en el segundo, los ingresos de su programa El Club CP, que representa un 5% de sus ganancias. Además, otra de las fuentes de financiamiento proviene de lo que genera la Escuela CP, en la cual capacitan a otros profesionales en periodismo de investigación y manejo de datos, por medio de talleres prácticos. Entre ellos: Cómo saber si estás parado sobre una mina de oro y no sobre una casa en el aire, James Bond en la era digital: periodismo digital forense y Enchúlame la data. Adicionalmente, el equipo de Cuestión Pública realiza investigaciones bajo demanda y trabajos en conjunto con medios y organizaciones como Salud con Lupa, Ojo Público, La Liga Contra el Silencio, Mongabay, entre otros.
A nivel editorial, el medio tiene tres grandes ejes: Cuestión Poder, Sabemos lo que hiciste y El Escarbabajo, organizados cada uno con su consejo de redacción, director y equipo de periodistas por tema de investigación. En Cuestión Poder, se cubren temas de coyuntura con profundidad, en Sabemos lo que hiciste, investigaciones sobre el Congreso y en El Escarbabajo, investigación de largo aliento con fuentes de alto nivel y profundidad.
En estas secciones es visible una de las características más innovadoras del medio: la organización de sus equipos de trabajo y la asignación de recursos. Al mantener estas tres patas de su línea editorial, de forma autónoma, el flujo de caja se maneja por proyecto y en base a las necesidades y estructura de cada equipo. Por lo tanto, los periodistas contratados por producto, investigan y producen los materiales requeridos bajo la dirección de Báez, Salinas y Tarazona. En este escenario, los tres fundadores combinan su trabajo como periodistas con la dirección de líneas de producto y la búsqueda de financiamiento. Sin embargo, Báez y el resto del equipo se apoyan en una persona para los asuntos contables y administrativos.
“Nosotros nacimos con la idea de ser financiados por los ciudadanos”, dice Báez.
Por eso, a pesar de las dificultades de convertir un lector en un abonado –como lo llaman ellos–, esperan que más adelante las membresías se conviertan en más del 50% de los ingresos del medio. Desde su fundación, los lectores tienen la opción de apoyar el periodismo de Cuestión Pública por $24 anuales, $11 por cuatro meses o $5 mensuales, ya que consideran que a diferencia de los medios que cubren actualidad, los ciudadanos van apreciando el impacto que tiene su trabajo a nivel social. Báez reconoce que las audiencias crecen cada vez que el medio publica una investigación importante, por lo que confía en sumarlos a la causa del medio en el mediano plazo.
El impacto de Cuestión Pública también es visible a nivel de educación. Su método se va consolidando como una especie de escuela de periodismo de investigación en Colombia. “Tenemos las técnicas, la tecnología y los métodos. Fusionamos lo mejor del periodismo digital forense con lo mejor del periodismo de datos y lo amalgamamos en un método de investigación muy potente”, dice Báez. Desde los días en los que colaboraba con la Unidad de Datos de El Tiempo, pasando por su trabajo como co-fundadora de Cuestión Pública, Báez mezcla su trabajo editorial con la enseñanza en programas de cuarto nivel en Universidades en Colombia y Ecuador. Y pese a encontrar ciertos desfases en la educación superior, sostiene que el periodismo de datos se encuentra en un punto alto en la región.
Igualmente, destaca su método: una suerte de periodismo de investigación a escala.
“Hacemos el proceso de industrialización del periodismo de investigación. Suena horrible, pero a mí me obsesiona poder medir los tiempos de una investigación y hacer que funcionen en una producción a escala”, dice Báez.
“Es lo que hicimos en ‘Sabemos lo que hiciste’: yo al final sé cuánto me cuesta, y demora producir y publicar un trabajo sobre un senador investigado”, añade. De esta manera, el objetivo central de Cuestión Pública es monetizar el periodismo de investigación para hacerlo sostenible, en base a un esquema claro y su claridad administrativa. Un modelo que como otras iniciativas en el país se sostiene en la transparencia y promover el acceso a la información pública para los ciudadanos. De ahí su lema, que atraviesa todo su trabajo: “escarbamos hasta encontrar la verdad”.
Durante décadas, Colombia fue un territorio hostil para la libertad de prensa y el periodismo de investigación. Así mismo, al igual que otros países de la región, varios gobiernos han reprobado en sus calificaciones de transparencia y acceso a la información pública. Aún así, las últimas décadas han visto un incremento en la participación de la sociedad civil y el surgimiento de emprendimientos y medios digitales independientes que velan por la salud de la democracia en Colombia.
“La presión ciudadana, en ese sentido, logra este tipo de cosas”, dice Báez de Cuestión Pública. “Yo sé quién está haciendo periodismo de datos, yo sé quién está presionando en la sociedad civil para que abran más datos”, explica, sobre la importancia de generar comunidad. “Para estar preocupado de estos temas no hace falta ser periodista o estudiar ciencias sociales”, dice Díaz de Datasketch. “Lo que yo estudié me permitió estructurar proyectos de otra forma. Esa conexión de esos dos mundos me parece valiosa”, añade. De esta manera, Colombia vive un encuentro de varios sectores y profesionales que brinda esperanzas sobre una sociedad vibrante y abierta.